Vale, ya has visto un pequeño “aperitivo” de mi trabajo, pero ahora quiero decirte una cosa.

Esto no va de hacer simples fotos, esto va de crear imágenes que cuenten una historia, la vuestra, la que vivirás ese día junto a las personas más importantes de tu vida, las más cercanas; de crear imágenes que conecten contigo, con tu esencia y la de tu pareja, que transmitan esa emoción, para que cuando las veas, vuelvas a sentir y recordar ese día o ese momento tal cual lo viviste y lo sentiste.

Esa es la “magia” de la fotografía de la que tanto se habla. Hacer que esas fotos, cuando las veas, te agiten por dentro, te ericen la piel o te den un pequeño pellizco al corazón.

En definitiva, que te sientas identificada o identificado con lo que ves.

Fotos de boda hay muchas, y podría enseñarte cientos o miles de ellas, pero tienes que saber una cosa, ningunas serán como las vuestras.

Por una simple razón, porque al igual que no hay dos personas o dos parejas iguales, tampoco hay dos bodas iguales. Cada boda y cada pareja es diferente, con sus matices y sus particularidades, y ese es el verdadero reto de cualquier fotógrafo, lograr captar y retratar esa esencia, vuestra personalidad. Pero para que eso sea posible, primero es importante conocernos y ver si os identificáis con mi manera y estilo de trabajar.

Así que si os animáis, pasaros por aquí un ratito y me contáis que tenéis en mente. Será un placer saber sobre vosotros y ver si podemos hacer algo juntos.